También conocido como Castillo de la Floresta, se trata una de las fortalezas del medievo que mejor se conservan en España.
Edificado sobre un emplazamiento ibero-turdetano por los omeyas en el año 749 d.C., el castillo pasó por manos de los imperios musulmanes más importantes del sur de la península. No es hasta 1240 cuando Fernando III lo conquista, pasando a pertenecer desde entonces a las posesiones del Reino de Castilla. Las dimensiones y estética de la que podemos disfrutar hoy en día se las debemos a este periodo, mejorando la fortificación y erigiéndose las cinco torres principales.
Debido a los rigurosos procesos de conservación y restauración que han llevado sus herederos durante siglos, el castillo se encuentra en un estado inmejorable. Esto lo convierte en una de las fortificaciones mejor conocidas de España, llegando a alcanzar la fama mundial por su uso como escenario de la serie Juego de Tronos.
La puesta en valor de este bien patrimonial convierte su visita en una experiencia inigualable, ofreciéndose una variedad de visitas teatralizadas con tramas y actividades adaptadas al público.